Jugando con cuadrados


En los primeros días de clase siempre tenemos ese hormigueo en el estómago y curiosidad de quién será el profesor/a, cómo serán sus clases, el contenido, la temida evaluación, etc. Sin embargo, nos encontramos con lo siguiente, una dinámica novedosa para mí: construir cuadrados por equipos, con las piezas diversas que cada uno tenía y sin poder hablar entre nosotros, ni poder hacer gestos ni nada que se le parezca. 

La verdad que en ese primer momento pensé: "¿Qué tendrá que ver "Desarrollo Cognitivo y Lingüístico" con esta actividad de los cuadrados? Tras acabar la clase me dí cuenta de que tenía mucha relación porque pude observar lo importante que es la comunicación en todas sus formas. Tuve el papel de observadora, y comprobé cómo no podemos evitar querer transmitir información con la mirada o con los gestos para un fin en común: terminar lo antes posible el juego, crear cuadrados.

Sin embargo, detecté lo indispensable que es la capacidad de observación para poder intuir los propósitos o pensamientos de tus compañeros; para en este caso, poder ofrecerle la pieza que le faltaba. En estas ocasiones en las que se te priva de alguno de tus sentidos, es cuando agudizas los demás y cuando la atención y la "escucha" aumenta. 

Por tanto, simplemente por ser una clase diferente, interactiva y motivadora, creció aún más el interés y las ganas de aprender más en mí. Y digo que creció más porque me gusta mucho todo lo relacionado con la Psicología; de hecho fue una de las carreras que también me planteé estudiar, y que no descarto hacerlo en un futuro. 

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