Realizar un análisis de estos dos casos me ha hecho pensar bastante acerca de la importancia del lenguaje, del pensamiento y de desenvolverse dentro y con la sociedad. Debido a que dicho trabajo ya se entregó vía moodle (click aquí), no voy a plasmar aquí la misma información, sino que le daré otro enfoque más reflexivo y personal.
Sabemos que Genie y Víctor son dos casos de niños salvajes en épocas distintas y con marcos característicos diferentes (ya analizados en el trabajo); pero ambos se desarrollaron lejos de la sociedad, sin conocimiento de la realidad a la que estarían sujetos en un futuro.
Simplemente por esta razón, se privó a estos seres humanos de adquirir un desarrollo completo en todas sus áreas. Precisamente es esta cuestión la que tanto me impresiona, la gran importancia del cerebro. El cerebro y su desarrollo determina nuestra propia existencia a lo largo de toda nuestra vida. Podríamos decir que sin cerebro, sin unas conexiones neuronales adecuadas, no somos nadie. Y, no sólo es impresionante el funcionamiento del cerebro y los anclajes que necesita desde la infancia; sino también la importancia del afecto. Como seres humanos que somos, necesitamos vivir en sociedad, necesitamos tener un hogar que satisfaga nuestras necesidades y que nos dé cariño; imprescindible para el desarrollo y el aprendizaje.
Por tanto, de este trabajo me llevo principalmente tres aspectos que debo, como futura maestra, aplicar con mis alumnos y alumnas, sean del curso que sean.
1. Es fundamental ofrecer estímulos de todo tipo a los niños y niñas para que su cerebro establezca las conexiones neuronales iniciales y continúe toda la vida.
2. Los niños y niñas, desde pequeños, deben entrar en contacto con la realidad, socializar con sus iguales y con los adultos para potenciar el desarrollo físico, cognitivo y psicosocial.
3. No hay un buen aprendizaje sin afecto. El afecto, sobre todo en los más pequeños, ayuda al desarrollo integral de los niños y niñas.