Grupo de Expertos


Dentro de mi grupo de expertos nos centramos en conocer cómo funcionan la atención, la memoria y el pensamiento, tres aspectos clave del aprendizaje; y lo verdaderamente clave es saber aplicarlo al aula. 

Como ya sabemos, la memoria es la capacidad de adquirir y almacenar información, nos hace ser inteligentes y compartir cultura. Un factor determinante es el clima emocional  vivido cuando se adquiere la memoria, ya que las palabras mejor recordadas son las asociadas a un contexto emocional positivo, y aquellas que mejor se consolidan en nuestra memoria a largo plazo; por lo que debemos crear espacios de aprendizaje positivos y agradables. He llegado a la conclusión de que el cerebro para aprender necesita de la emoción y la motivación para despertar nuestra atención, ya que estas actitudes despiertan nuestra atención y facilitan que lo aprendido se instale en zonas como el hipocampo, encargadas de la memoria a largo plazo.

La neurociencia ratifica que la novedad se origina en el hemisferio cerebral derecho, hasta que se convierte en una rutina y pasa al izquierdo donde se almacena. Esto nos sugiere que puede ser más conveniente comenzar la clase explicando conceptos nuevos y activando nuestras redes atencionales en lugar de repasando los contenidos del día anterior. Por ello es importante comenzar las clases con algo llamativo e interesante. Además, se sabe que la capacidad del alumno para mantener la atención sostenida varía entre 10-20 minutos (de lo contrario se agotan los neurotransmisores). En mi opinión, por cada sesión de 45 minutos, deberíamos tener 5 de relajación. Lo que ocurre es que la gran cantidad de contenidos anuales que se tienen que cubrir dificultan el poder respetar estos tiempos; provocando la desmotivación en el alumnado.

Existen varias estrategias pedagógicas que recogen todo lo anterior explicado y que pueden estimular al cerebro y captar la atención como metáforas, historias, rutinas de pensamiento, debates, videos; siempre manteniendo un equilibrio entre lo novedoso y lo más tradicional. Además, sabemos que para aprender utilizamos todo nuestro cerebro; y aunque se diga que los más intuitivos han desarrollado más su hemisferio derecho y los analíticos el izquierdo; ambos funcionan en conjunto. Lo que nos diferencia es la capacidad o dificultad de interconectar ambas partes y hacer que trabajen en armonía. Debido a que cada alumno o alumna es diferente, como docentes es importante ofrecerles la información por diferentes vías (visual, auditiva, de la manipulación, etc.) para posibilitar el aprendizaje en todos y cada uno de ellos; favoreciendo así una educación inclusiva.

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