La verdad que cuando en clase comencé a escuchar estos términos de "Generación Y" y "Generación Z" no tenía ni idea de lo que eran y por eso llamó tanto mi atención. Ahora bien, lo que no quiero hacer en este apartado es explicar las diferencias entre cada una de las generaciones ya que esa información está al alcance de cualquiera con tan solo hacer un clic en el teclado. Sin embargo, sí que quiero destacar algunas ideas que me parecen muy relevantes.
Cuanto más avanzamos en el tiempo, más tecnología aparece en nuestras vidas, y en consecuencia, menos interacción y socialización. Nacemos conectados, parece que ya no podemos vivir sin un móvil, sin internet o sin redes sociales, pero nos estamos olvidando de las relaciones personales, de cuidar los vínculos afectivos. Hace poco leí una noticia "Ya nadie coge el teléfono: hemos olvidado la cultura de la conversación" en la que, como muestra el título, nos hace ver que preferimos mandar mensajes a hablar con las personas; solo reservamos las llamadas telefónicas para personas muy cercanas a nosotros; pero sin embargo miramos el móvil más de 150 veces al día. Menciono este artículo ya que observo que esta actitud es propia de las últimas generaciones, cada vez se pierde más la comunicación oral debido al auge de la tecnología en nuestros días. Aunque no todas las características de las nuevas generaciones son negativas ya que muestran una mayor implicación con los temas de preocupación social como el medio ambiente, la igualdad entre hombres y mujeres; en definitiva, quieren cambiar el mundo y se muestran muy comprometidos y motivados.
Y a nosotras, como futuras docentes, tenemos que saber cómo se mueven las últimas generaciones por la vida ya que tendremos a muchas personitas en el aula, y no podemos ser ajenos a lo que más les preocupa y lo que más y menos les gusta para saber integrarlo en el aula. Por ejemplo, es importante saber que su nivel de atención es más bajo y que les faltan habilidades personales; por ello prefieren que el contenido se transmita por imágenes en lugar de por textos, los vídeos cortos y crear a compartir. Es decir, debemos apostar por la educación emocional y por la buena integración de la tecnología, pero sin olvidarnos tampoco del papel y lápiz. ¿Por qué? Porque la buena base del aprendizaje está siempre en el contacto con las manos y la manipulación, no es lo mismo escribir una palabra en el papel que en una pantalla. La cuestión no es aprender solo a través de la tecnología o solo a través del modo tradicional; se debe dar una correcta combinación ya que en el desarrollo de la escritura y la grafomotricidad se activa la región del lóbulo frontal, la cual permite mantener la atención durante más tiempo.